Dorado
Salminus
maxillosus
Familia:
Tetragonopteridae
Descripción:
Cuerpo
robusto y alargado; su extensión comprende tres veces su mayor altura; perfil
dorsal más bien plano y ventral ligeramente convexo.
Cabeza
de tamaño mediano; ojos pequeños, con los huesos orbitarios y de operculares
con fuertes estrías radiales; boca grande y oblicua que llega casi a la mitad
de la cabeza, con mandíbula muy fuerte, igual o ligeramente menor que el
hocico. Dientes cónicos pequeños
y fuertes: dos hileras en la mandíbula, dos en el premaxilar y una en el
maxilar.
Aletas
más bien pequeñas. Escamas medianas dispuestas en líneas onduladas
irregulares por encima de la línea lateral en la primera mitad del cuerpo. Esta
es una característica de la especie y permite su fácil identificación.
Color amarillo limón sulfurado; éste último y los flancos hasta la línea lateral se destacan en los centros de las escamas manchas negras; por debajo de la línea lateral se aclara la coloración con tonos blanquecinos y las manchas negras de las escamas son reemplazadas por pigmentos amarillos poco notables. El ápice naranja de la aleta dorsal olivácea tiende hacia el rojo; la aleta adiposa es olivácea con el borde oscuro; la caudal con el borde dorsal oscuro; los lóbulos anaranjados hacia el rojo, con los radios centrales negro azulados; la anal anaranjada; las ventrales amarillentas con radios anaranjados y las pectorales anaranjadas con el borde oliváceo.
Alcanza
a medir más de 1m y llega a pesar unos 20 kg.
Distribución
geográfica: Habita
las cuencas de los ríos Amazonas, San Francisco y de la Plata. En nuestro país
es común en los ríos Paraná, Uruguay, Paraguay y sus afluentes, llegando al río
de la Plata durante el verano, cuando las aguas tienen temperaturas elevadas.
Costumbres:
El
dorado es un pez de metabolismo rápido, que requiere aguas muy oxigenadas y de
temperaturas superiores a los 20º
C. Estas condiciones se dan muy bien en el río Paraná, en cuyo curso medio en
bajante se concentra al promediar el invierno en persecución del sábalo, su
alimento favorito. Por eso en esa época las localidades situadas sobre ese
tramo del río se convierten en centros activos de pesca con afluencia de
deportistas de todo el país y del extranjero.
Al
finalizar el invierno comienzan las lluvias en el norte del país y la creciente
cubre los bancos, refugios de pez forrajero, enturbiándose el agua. Entonces,
muchos dorados sienten la necesidad de migrar, remontando los afluentes para
desovar en el comienzo del verano. Así, por el río Bermejo alcanzan las
estribaciones de la precordillera en Salta. Muchos llegan antes de que ocurran
las lluvias en las nacientes de este río, por lo que su curso lleva poco agua
(a veces menos de 20cm) y en parte presenta bancos de arena y cantos rodados.
Los
dorados salvan estos obstáculos, acción que los pescadores del lugar llaman
“Pechar” y que queda registrada en sus vientres como ralladuras producidas
por la arena. En los pozos o partes profundas del río se concentran los dorados
con otras especies, como el Pacú y sobreviene
el desove al comienzo del verano y siempre en el cauce del río. Así
como al comienzo del verano muchos dorados remontan los afluentes, otros bajan
al río Paraná medio e inferior y llegan en los meses calientes- especialmente
en Enero y Febrero –al Río de la Plata. En general son ejemplares pequeños o
medianos. En la región del Delta cercana al río de la Plata, siempre en
verano, penetran los dorados en los arroyos, apreciándoselos
por los borbollones que producen en las aguas y el salto de alguna
mojarra que trata de eludirlos. Se encuentran en los límites del juncal o en la
entrada de los arroyos en el momento del repunte de las aguas.
Alimentación: El dorado es el predador mayor del Paraná y busca sus presas en aguas superficiales o profundas. El sábalo es una de sus predilectas y lo captura cuando se concentra en cardúmenes sobre las playas o lo acecha cuando se desplazan.